martes

Diciembre

Me siento apesadumbrado. Los eventos que se sucedieron desde que el año comenzó su recta final me dejaron algo exhausto. Es increible lo que le pasa al cuerpo cuando las cosas se empeñan en no salir bien, desde lo mas trivial hasta lo profundo... Solo los lazos humanos me mantienen en tierra.

Camino a la estación a tomar el tren. Se que es una buena oportunidad de sacarme esta pesadez del alma, sonrío como tonto mientras apuro el paso.

Momento del boleto, - a Avellaneda señorita. - No, solo ida.

Escalones, cuatro escalones y mi sonrisa amurada en mi boca.

¿Que es eso? Ah, si, mi corazón y los nervios. Que buena oportunidad esta.

Mis bolsillos. ¿Tengo todo? al menos todo lo que hoy necesito, ¿para que más?

Viene el tren. Al fin, pensé que nunca vendría. Que buena chance de sacudirse el polvo de las ropas y escupirle a la mala suerte en su propia cara.

Veo venir el tren, y esa misma mala suerte, tal vez ofendida por mi insulto, acaba de plantarme la peor de las dudas.

Ese tren es una buena oportunidad de que todo mejore, de sentirme mejor. Pero...

Si esta noche sale mal me sentiré peor aún...

Nada hay peor que una gran oportunidad.

1 comentario:

Ale Samsa dijo...

lo malo no son las oportunidades.. sino más bien, lo son las expectativas...

pero somos hombres... y todas nuestras expectativas se apoyan en oportunidades...

que no tienen la misma certeza que la nada misma..

Por eso, si bien es lógico y natural que uno se lamente por las oportunidades perdidas, justamente son éstas las que nos enseñan que no hay que bajar los brazos..
sino.. sólo seríamos expectantes..
y creo que la vida es no es para ser vivirla siendo expectadores... sino más bien, todo lo contrario..
y sí.. carajo! Cuantas veces la vida, el destino, Dios, dios, los astros o lo que mierda sea, parece que juegan a cagarse de risa de nosotros..
y si bien, no hay que poner la otra mejilla.. carajo! tampoco me voy a andar dando latigazos a mí misma x cosas que no dependen nada más que de la nada misma...
y a veces parecen confabuladas de una manera tétrica, macabra y sádica!

pero repito, así bajo un poco y vuelvo de mis ramas...
si, no hay nada mejor que las oportunidades... que se enfrentan con el pecho frío..

¿o te tengo que citar la poesía de Mario Benedetti?
y sí, una gran oportunidad puede traer escondida una gran desilución... ¿y qué?.. ¿por eso no intarlo?...
acaso el ¿qué hubiera pasado si...? no sería aún más terrible??

yo creo que sí...